martes, 2 de marzo de 2010

Viejas mascarillas



Algo queda ya.
Si en los vientos se te escapa
Una miga perturbada
De las cruces del tiempo.
Si te beso me consuelo, y me llueven los temores.
Perdona, alma, destruye.
Agoniza tus abrazos, mírame cuando duermo.
En los trenes colorados te despide mi pañuelo, casi muerto.
Y con pinceles me tapo los oídos,
Y con alfombras re-sueño tus tesoros.
Y te quiero, como nunca, te quiero.
Sí, te quiero como siempre.
Te quiero.

lunes, 1 de marzo de 2010

No ves? Yo te dije…
Te dejas embagayar por un gil de pocas luces, con la palma de la mano bigoteando tu lunar.
Una aguja impenetrable y un cuchillo re chiflado, engrupiendo y esquivando con sus ganchos de papel.
Aparece una pestaña con tendencia a desprenderse y tu abrazo, tu abrazo… cada vez mas alacrán. Cuando apago los faroles, alimento marionetas y vuelo a mi catrera sin querer (sin quererte, mucho menos) me despierto transpirada entre moscas y bocinas, entre pilas y pilas de relojes de cartón, con el tiempo destemplado y con los ojos de mi gato semi negro, semi blanco… imposible describir.
Un compás interesante se escucho desde el pasillo… el ciempiés, una moneda un espejo, un sillón… y una nota chiquitita que cubría el picaporte y yo, apoliyando, escuchando mi canción. Acá estoy, purrete, en el bulín de tu placard. Sin que sepas cuanto espero, cuanto dejo, cuanto tengo, cuantas pilas de almanaques me amasijan el coco, y mi bobo con buracos del tamaño de un llorón.
Pero ojo, no me engancho, sos un pibe poco guapo, te crees un lánguido y sos un entregador. Me quemaste el balero como un pingo que es boleta, ahora agarro una borbona, unos gruyos, un marroco y me rajo sin pavura para el parque a festejar.
Con el faso en la garganta te dedico unos acordes y hasta siempre, sabandija, ya nos vamos a cruzar.