miércoles, 24 de junio de 2009



Ya no sé qué fue aquello que le dediqué,
porque no hablo para sí.
Hoy hablo para mí.
Para mí y para mi cuerpo,
llenando cada espacio pantanoso de color.
Los colores que viven en mí!
Los que me otorga el calor de la mañana
y que, de vez en cuando, salen por mi sonrisa mientras duermo.
Se evaporan con el gas de mi estufa,
armonizan los muros de mi cueva,
despiertan sensaciones espontáneas.
En un instante preciso.
Es un segundo completamente inundado de incertidumbre,
rebalsado de música.
Y tan aliviante y sincero
que deja que mis palabras escapen,
como se escapa el agua de las manos.
Mis manos con las tuyas.
Qué hermoso paisaje!!!

martes, 9 de junio de 2009


Qué impredecibles son las horas y los días.
Qué confuso se vuelve cada paso.
Es morbosa y peculiar la manera de mirar.
La de esa gente ególatra y necia,
La de esos ojos alienados.
Y los tuyos son así,
Tan tajantes como aquéllos.
Pero me ves y te veo
Sincero, vulnerable… vacío.
Me acorralás, y te consuelo.
Me acorralás.
Pero ya se quemó la última hilacha de camino.
Y se editó el libro de hazañas y hechos.
Sin más pieles, sin más besos.
Dejándome libre de llanto, quitándome tanto peso.
Ahora vos me mirás, y yo sólo canto.
Canto colores y música para mi, sólo para mi.

viernes, 13 de febrero de 2009

El lugar parecía vacío. Se veían guitarras, ceniceros y un dejo tristeza.
Llegó para dejar su música y sus cuadros, unos que había imaginado una larga noche de soledad y llanto, esos que hubiese querido mostrárselos a él.
Dejó su bolso junto a la pequeña ventana que apenas dejaba entrar un poco de luz amarilla y algo seca, se hechó en ese incomodo sillón e inevitablemente una lágrima se deslizó sin motivo alguno, sin espera.
Quiso dejarlo todo en ese instante y caminó hacia sus fresias que gritaban de sed, mirando encandiladas su llegada y ese sol ardiente que no dejaba de quemarlas. Verdes, vivas, floreciendo; en cambio ella... tan seca por dentro, tan frágil.
Eligió unas buenas bandas y se recostó para disfrutar de los acordes que la llevarían de nuevo a ese viaje por la mente. El humo blanco nublaba el espacio, tapaba las manchas de humedad. Las de la pared y las de su alma, todo se tapaba de alguna forma.
Abrió la ducha. Cantó, como de costumbre, y observó por un rato su coraza en el espejo empañado. Empezó a despertarse y bailó desnuda por toda la pieza, se llenó de olores y de colores y volvió a subirse a su tren.
En plena paz alguien abrió la puerta, se prendió la luz y murió el silencio.
Entró con impaciencia, ansiedad, desesperación, gritos... como siempre lo hacía. Entonces la música se apagó, el humo blanco se hizo gris, las lágrimas se evaporaron en un segundo y ella se mostró tan viva como las fresias, para evitar palabras, para dejar que todo parezca armonía.
Asi siguió el día, las semanas, los meses. Esperando ser, esperando encontrarse, mirando las cuerdas con tremendas ganas de acariciarlas. Siguió, como todo sigue rutinariamente. Siguió.
Y ahora no sabe qué hacer con tanta desolación.



















martes, 3 de febrero de 2009


Pisoteando algunas voces hechas de papel crepé ando buscando verdades a la luz.
Y a la sombra.
Soy una gota más que cae, una nube más en este cielo de laberintos que busca despertar el verde de cada hoja seca, el canto de cada jazmín.
Sigo desnudando los vacíos renglones de todas esas palabras que no podemos ni debemos decir. Esquivando los dolores de cabeza y mirando la pared; recorriendo melodías y esperando... no se qué. Vierto mentiras, tapo traiciones, y ya mis pies pueden sentir la humedad de ese suelo en el que me entierro más y más, soportando el peso de tus ojos, de tu calma, que me aterra.
Sólo podemos mirarnos, cariño, e inventar nuestros pequeños bailes de disfraces. Allí, donde todo es tan fugaz. Donde todo es tan frágil.

viernes, 16 de enero de 2009

Aquellos rincones rebalsan angustia.
y explotan ceniceros,
al unísono,
con mi voz.

Entonces ahí aparecen
los ruidos aparecen.
Ruidos de misterio.
Ruidos de...
silencio ¿?

Y el cuero.
aahhh! aroma a cuero.
Puedo sentir tu perfume de cuero.
Puedo sentirte.

Lejos.














martes, 13 de enero de 2009

Ella baila sobre un trampolín

y se esfuma con las hojas que se van.

Está a punto de caer

y sólo quiere ver que el sol

alumbre sus pupilas.


Ella baila a contraluz

y estalla en mil pedazos a la vez

convirtiéndose en el humo

de las voces que se queman a sus pies.


Ella baila hasta morir

camuflando su mirada de dolor

respirando el calor de aquellos ojos...

Y cubrió las cicatrices de su esencia

sólo para tratar de sentirse,

por un momento,

felíz.


Ay! si ella supiera

que todavía hay manos que quieren recorrer su aroma de cereza

que aún hay acordes compuestos para su piel de seda...


Vos, dulce niña,

deja de esconder entre tus pecas

ese dejo de soledad y tristeza.

¡Suéltate a la vida!

Deja que la libertad transite por tus venas.

Haz que tu alma pueda sentirse

sencillamente

plena.